por que siempre es un placer leer, con ustedes los mejores 10 escritores colombianos, puede que existan más y mejores, si conoces o crees que podemos leer mejores escritores, pon tu comentario abajo!!!
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lunes, 9 de abril de 2018
10 consejos para escribir mejor
1. Piense sobre qué va a escribir primero
La planeación es el éxito de todo texto y obviar este paso es una equivocación que muchos cometen. Antes de sentarse a escribir asegúrese que tiene algo que decir y defina cómo lo quiere expresar. Al mismo tiempo, no centre la escritura en las palabras, sino en las ideas que quiere transmitir.
2. No descuide la puntuación
Para brindar una escritura fluida use correctamente los signos de puntuación. Distinga el punto de la coma y no olvide el punto y coma. Una coma mal puesta o un punto mal ubicado puede cambiar por completo el sentido de una idea. Recuerde que si está tentado en escribir una coma, piense si la puede sustituir por un punto.
3. Entre menos palabras, más claro será
No escriba en dos palabras o más lo que puede expresar en una sola. Por ejemplo, si se está refiriendo a la nieve, decir que “es blanca y fría” sobra.
4. No use sinónimos innecesarios
Siempre será preferible referirse al médico como “médico” o “doctor”. Pero no use palabras rebuscadas como “galeno”. Usar este tipo de términos poco comunes dificulta la comprensión del texto. Si quiere usar sinónimos y ya agotó todas las opciones, es preferible una repetición.
5. Respete el orden lógico de las frases
Escribir tiene su ciencia y en ella la fórmula es: “sujeto, verbo y complemento”. Ese es el orden de una frase. Si se respeta, el texto quedará mucho más claro.
6. No abuse de los números
Muchas cifras en un mismo párrafo confunden al lector. Es por eso que lo más aconsejable es distribuir los números a lo largo del texto.
7. Húyale a la ambigüedad
Los adjetivos que se usen en un texto deben ser contundentes. Por ejemplo, algo alto para una persona puede ser bajo para otra. Debido a la relatividad de los conceptos, los adjetivos deben usarse sólo cuando le aporten al mensaje algo que se está transmitiendo.
8. Revise su ortografía
Al terminar de escribir un texto, revise siempre si hay palabras mal escritas, repeticiones de ideas, si se han tocado todos los puntos que se querían tratar y si el escrito expresa lo deseado.
9. Pídale a alguien más que lo lea
Antes de publicar un texto pídale a alguien de confianza que le dé una retroalimentación del escrito y se convierta en su “editor”. De esta forma sabrá si lo que escribió es comprensible, si hay puntos para reforzar o partes confusas.
10. Escriba diáriamente
Escribir es cuestión de práctica. Es casi como un músculo que hay que entrenar a diario, porque de lo contrario se atrofia. Haga de su escritura un hábito, no es necesario redactar 10 cuartillas, sino tener un diario o blog donde escriba a diario algunas ideas o pensamientos.
extraído
http://www.semana.com/educacion/articulo/consejos-para-escribir-mejor/533154
LOS CUENTEROS TIENEN SU FIESTA EN IBAGUÉ
No sólo los ibaguereños sino los tolimenses en general tendrán la oportunidad de ver los mejores exponentes del lenguaje como medio artístico.
La comunicación con palabras, con gestos o con simples sonidos, serán la atracción de este festival. Los cuenteros participantes son Arnau Vilardebó de España; Luciano Federico de Italia; Fátima Patherson de Cuba; Alejandro Campos de Colombia; Guadalupe Urbina, Costa Rica; Oskar Corredor, Colombia; Roberto Nield, Argentina. Bertránd N Zoutani de Congo; Christian Atanasiú, Alemania y Jean Michel Hernández de Francia.
Serán cinco días de funciones en el recién restaurado Teatro Tolima. El Alemán Christian Atanasiú será uno de los cuenteros que abrirá la función y de paso pondrá no solo el toque de alegría sino de reflexión con su obra QUEmexpliQUE . un elaborado cuestionamiento a la dependencia del hombre de lenguaje verbal.
OPtro de los invitados es Arnau Vilardebó Cladellas. Un Español de origen catalán, quien encandila al público con su inteligente relato de los más complicados líos de la mitología con una brillante capacidad fonética y una estupenda dicción.
ElTiempo.com
Premio Nacional de Bibliotecas Públicas
El Premio Nacional de Bibliotecas Públicas anunció la preselección de las mejores 22 bibliotecas del país, que están ubicadas en 16 departamentos y divididas en tres categorías: pequeñas medianas y grandes.
Esta es la segunda edición del galardón, organizado por MinCultura y la Biblioteca Nacional de Colombia, en reconocimiento a la calidad en la gestión bibliotecaria. El ganador se dará a conocer en el mes de agosto.
La selección se realizó después de evaluar 155 bibliotecas. Una terna de jurados designados por MinCultura seleccionará una biblioteca por categoría y de ellas saldrá la ganadora, que recibirá un estímulo económico de 50 millones de pesos.
Las dos bibliotecas finalistas obtendrán un reconocimiento de 15 millones de pesos, los cuales deben ser destinados exclusivamente a su fortalecimiento.
Estas son las 12 bibliotecas seleccionadas:
Biblioteca Pública Jorge Alberto Restrepo Trillos. Guatapé (Antioquia)
Biblioteca Pública Municipal de El Cocuy. El Cocuy (Boyacá)
Biblioteca Pública Municipal de Toca. Toca (Boyacá)
Biblioteca Pública Satélite El Nevado. Manizales (Caldas)
Biblioteca Pública Misak Misak Ala Kusrei Ya. Silvia (Cauca)
Biblioteca Pública Kankuaka. Valledupar (Cesar)
Biblioteca Pública Municipal de Istmina Abraham Ayala. Istmina (Chocó)
Biblioteca Pública San Gabriel. Sopó (Cundinamarca)
Biblioteca Pública Municipal Monseñor Esteban Rojas. Pitalito (Huila)
Biblioteca Pública Municipal Cocuyos. Samaniego (Nariño)
Biblioteca Pública Eduardo Cote Lamus. Toledo (Norte de Santander)
Centro Cultural y Biblioteca Pública León de Greiff. Marsella (Risaralda)
El Tiempo
¿Para qué sirve escribir?
Escribir es una de los aprendizajes más importantes en la vida de una persona, pero a diferencia de antes, ahora podemos escribir de múltiples formas. La primera de ellas es cuando tomamos un lápiz y dibujamos las letras en un papel.
Al principio el trazo es complejo, nos cuesta seguir un camino tan determinado y que es probable que incluso carezca de sentido para nosotros. Dibujar las letras es muy importante, y podemos hacerlo de muchas formas, con un lápiz, con el dedo untado en pintura, con el dedo sobre una bandeja con sémola, con porotos alineados unos tras otros siguiendo un trayecto en forma predeterminada, con lana pegada, con fideos que suplantan los trazos, etc.
Pero lo más importante del proceso de la lectoescritura es que se abre la tremenda posibilidad de comprender muchos textos que nos van a llevar por muchísimos caminos en el pensamiento y la acción además de comunicarnos del particular modo que tenemos aquellos que nos gusta leer y escribir.
Por ejemplo:
1.- Podemos comunicarnos mediante una carta escrita a mano o en un computador. 2.- Podemos leer la respuesta a esa carta y escribir una nueva carta.
3.- Podemos escribir un mensaje privado para decirle algo a alguien sin que nadie más lo sepa.
4.- Podemos dejar mensajes secretos que digan te quiero mucho, recuérdame siempre, o ¿seamos amigos?
5.- Podemos hacer una lista con aquellas cosas que necesitamos recordar, comprar o llevar a otro lugar.
6.- Podemos organizar una divertida venta de garaje con aquellas cosas que ya no ocupamos, y así reunir dinero para comprar algo nuevo que estemos requiriendo.
Son muchísimas las cosas que podemos comenzar a hacer si ya hemos aprendido a escribir, por ejemplo hacer puzles, jugar al ahorcado o al bachillerato.
Extraído de http://www.icarito.cl/2013/01/363-9713-9-primer-ano-para-que-sirve-escribir.shtml/
Actividades Creativas Para La Lecto-Escritura
Las propuestas creativas en la ense~»anza
de la lecto-escritura surgen en la década de los
70, propiciadas por los movimientos de renovación
pedagógica, como alternativa a unas
prácticas educativas generalmente rutinarias,
descontextualizadas y poco significativas para
el alumno. Son referentes importantes en esta
línea de innovación metodológica las propuestas
creativas de Rodari, los denominados talleres
literarios, las experiencias dc escrilura
colectiva, el método de consignas dcl grupo
GRAFEIN, etc.
Actualmente, los Diseños Curriculares de
Primaria y ESO, no dejan lugar a dudas sobre
la necesidad de desarrollar en cl alumno la
capacidad de uso autónomo, creativo y personal
de la lengua. En este ámbito, la obra Actividades
creativas para la lecto-escritura propicia
un gran abanico de posibilidades para trabajar
en el aula propuestas sugestivas, motivadoras
y de gran rendimiento lingdístico-literario
en torno a procedimientos de comprensión y produccion textual.
Desde el principio se quiere dejar claro que estas actividades cobran pleno significado
en el marco de una secuencia didáctica más amplia que es la Unidad Didáctica. El modelo
de planificación —en el Capítulo primero— se realiza tomando coíno eje de contenido
un texto poético a partir del cual se van diseñando rigurosamente las diversas estrategias
que exigen la comprensión y producción de este tipo de texto.
Los Capítulos segundo y tercero recogen una gama de propuestas creativas en las
que el alumno es siempre un sujeto activo en constante interrelación con el texto con capacidad
para modificar, dirigir, rechazar..., en definitiva, para intervenir en el curso de los
acontecimientos en el proceso de lectura y escritura. Los alumnos descubren así que leer y
escribir tienen una dimensión lúdica y personal que enriquece y gratifica siempre a quien
lo ejerce.
Las actividades se realizan en tomo a elementos básicos de la narración: autor, espacio,
tiempo, narrador, discurso. A partir del autor se juega con la posibilidad de anticipar
datos sobre su vida —Biografta imaginaria—, imaginar qué historia se esconde detrás de
un titulo, identificarse con un personaje y pedir al autor que cambie el final de la historia,
que modifique las características de un personaje especialmente maltratado, que envíe a
uno de sus personajes a otro libro porque en este se aburre, etc. También como lector cabe la posibilidad de realizar un encuentro real o ficticio con el autor o hacerle un juicio con
un veredicto final sobre su obra,
Las estancias narrativas del espacio y el tiempo también originan actividades muy
motivadoras que llevan al alumno a tener que imaginar o descubrir lugares misteriosos o
fantásticos que aparacen nombrados a través de la historia; hacer viajar a un personaje
hacia el pasado e intentar reconstruir ese mundo; hacerlo viajar hacia el futuro e imaginar
qué transformaciones son susceptibles de producirse...
Las actividades en tomo al punto de vista del narrador y las distintas formas expresivas
del discurso son de un mayorgrado de complejidad y por ello parecen más adecuadas
para trabajar con alumnos de Secundaria ya que implican capacidad para discriminar si el
narrador está dentro o fuera de la historia, si es un narrador objetivo o subjetivo, si es un
narrador protagonista o un narrador testigo, etc. De igual manera, en lo que concierne a
experimentar las distintas formas expresivas —~stilo directo, estilo indirecto libre— a partir
del procedimiento de la transforínacón de textos.
En eí Capítulo cuarto se propone un amplio repertorio de actividades para trabajar
procedimientos de producción textual en la línea de trabajo de talleres de escritura, del
texto libre de Freinet y, cómo no, de la contagiosa creatividad de las vanguardias. Los procediínienros
van desde jugar con las letras del abecedario hasta actividades de escitura
colectiva plasmadas en una gran diversidad de textos: poesías, anuncios, diálogos, rompecabezas,
siglas, textos narrativos, textos poéticos, periodísticos...
Un instrumento valioso, en definitiva, que descubre a los alumnos que cl aprendizaje
de la lectura y escritura puede ser una tarea gratificante pero, al mismo tiempo, alerta al
profesor de que es un proceso cognitivo complejo que activa estrategias de alto nivel y
que requiere una implicación activa y afectiva por parte dcl sujeto que aprende.
Tenemos la certeza de que sólo quien ha sido educado en la imaginación es capaz de
comprender la realidad.
María José LASTRA HORMAZÁBAL Universidad del País Vasco 1 EHU.
María José LASTRA HORMAZÁBAL Universidad del País Vasco 1 EHU.
¿Por qué escribir?
Cada cual tiene sus razones: para éste,
el arte es un escape; para aquel, un
modo de conquistar. Pero cabe huir a
una ermita, a la locura, a la muerte y cabe conquistar
con las armas. ¿Por qué precisamente
escribir. hacer por escrito esas evasiones y esas
conquistas? Es que, detrás de los diversos propósitos
de los autores, hay una elección más
profunda e inmediata, común a todos. Vamos a
intentar una elucidación de esta elección y veremos
si no es ella misma lo que induce a reclamar
a los escritores que se comprometan.
Cada una de nuestras percepciones va
acompañada de la conciencia de que la realidad
humana es reveladora, es decir, de que
hay ser gracias a ella o, mejor aún, que el hombre
es el medio por el que las cosas se manifiestan;
es nuestra presencia en el mundo lo
que multiplica las relaciones; somos nosotros
los que ponemos en relación este árbol con
ese trozo de cielo; gracias a nosotros, esa estrella,
muerta hace milenios, ese cuarto de luna
y ese río se revelan en la unidad de un paisaje;
es la velocidad de nuestro automóvil o
nuestro avión lo que organiza las grandes masas
terrestres; con cada uno de nuestros actos,
el mundo nos revela un rostro nuevo. Pero, si
sabemos que somos los detectores del ser, sabemos
también que no somos sus productores.
Si le volvemos la espalda, ese paisaje quedará
sumido en su permanencia oscura. Quedará
sumido por lo menos; no hay nadie tan loco
que crea que el paisaje se reducirá a la nada.
Seremos nosotros los que nos reduciremos a la
nada y la tierra continuará en su letargo hasta
que otra conciencia venga a despertarla. De este
modo, a nuestra certidumbre interior de ser
reveladores se une la de ser inesenciales en relación
con la cosa revelada.
Uno de los principales motivos de la
creación artística es, indudablemente, la necesidad
de sentirnos esenciales en relación
con el mundo. Este aspecto de los campos o
del mar y esta expresión del rostro por mi revelados,
cuando los fijo en un cuadro o un escrito,
estrechando las relaciones, introduciendo
el orden donde no lo había, imponiendo la
unidad de espíritu a la diversidad de la cosa,
tienen para mi conciencia el valor de una producción,
es decir, hacen que me sienta esencial
en relación con mi creación. Pero esta vez, lo
que se me escapa es el objeto creado: no puedo
revelar y producir a la vez. La creación pasa
a lo inesencial en relación con la actividad
creadora. Por de pronto, aunque parezca a los
demás algo definitivo, el objeto creado siempre
se nos muestra como provisional: siempre
podemos cambiar esta línea, este color, esta
palabra. El objeto creado no se impone jamás.
(...) Si producirnos nosotros mismos las
normas de la producción, las medidas y los criterios
y si nuestro impulso creador viene de lo
más profundo del corazón, no cabe nunca encontrar
en la obra otra cosa que nosotros mismos:
somos nosotros quienes hemos inventado
las leyes con las que juzgamos esa obra; vemos
en ella nuestra historia, nuestro amor, nuestra
alegría; aunque la contemplemos sin volverla a
tocar, nunca nos entrega esa alegría o ese amor,
porque somos nosotros quienes ponemos esas
cosas en ella; los resultados que hemos obtenido
sobre el lienzo o sobre el papel no nos parecen
nunca objetivos, pues conocemos demasiado
bien los procedimientos de los que son los efectos.
Estos procedimientos continúan siendo un
hallazgo subjetivo: son nosotros mismos, nuestra
inspiración, nuestra astucia, y, cuando tratamos
de percibir nuestra obra, todavía la creamos,
repetimos mentalmente las operaciones
que la han producido y cada uno de los aspectos
se nos manifiesta como un resultado.Así, en la
percepción, el objeto se manifiesta como esencial
y el sujeto como inesencial; éste busca la
esencialidaden la creación y la obtiene,pero entonces
el objeto se convierte en inesencial.
Ahora bien, la operación de escribir supone
una cuasi-lectura implícita que hace la verdadera
lectura imposible. Cuando las palabras
se forman bajo la pluma, el autor las ve, sin
duda, pero no las ve como el lector, pues las
conoce antes de escribirlas; su mirada no tiene
por función despertar rozando las palabras
dormidas que están a la espera de ser leídas, sino
de controlar el trazado de los signos; es una
misión puramente reguladora, en suma, y la
vista nada enseña en este caso, salvo los menudos
errores de la mano. El escritor no prevé ni
conjetura: proyecta. Con frecuencia, se espera;
espera, como se dice, la inspiración. Pero no se
espera a sí mismo como se espera a los demás;
si vacila, sabe que el porvenir no está labrado,
que es él mismo quien tiene que labrarlo, y, si
ignora todavía qué va a ser de su héroe, es sencillamente
porque todavía no ha pensado en
Chasqui 91
3
ello, que no lo ha decidido; entonces, el futuro
es una página en blanco, mientras que el futuro
del lector son doscientas paginas llenas de
palabras que le separan del fin. Así, el escritor
no hace más que volver a encontrar en todas
partes su saber, su voluntad, sus proyectos;
es decir, vuelve a encontrarse a sí mismo;
no tiene jamás contacto con su propia subjetividad
y el objeto que crea está fuera de alcance:
no lo crea para él. Si se relee, es ya demasiado
tarde; su frase no será jamás a sus ojos
completamente una cosa. El escritor va hasta
los límites de lo subjetivo, pero no los franquea:
aprecia el efecto de un rasgo, de una má
xima, de un adjetivo bien colocado, pero se
trata del efecto sobre los demás; puede estimarlo,
pero no volverlo a sentir. Proust nunca
ha descubierto la homosexualidad de Charlus,
porque la tenía decidida antes de iniciar su libro.
Y si la obra adquiere un día para su autor
cierto aspecto de subjetividad, es que han
transcurrido los años y que el autor ha olvidado
lo escrito, no tiene ya en ello arte ni parte y
no sería ya indudablemente capaz de escribirlo.
Tal vez es el caso de Rousseau volviendo a
leer El contrato social al final de su vida.
No es verdad, pues, que se escriba para
sí mismo: sería el mayor de los fracasos; al
proyectar las emociones sobre el papel, apenas
se lograría procurarles una lánguida prolongación.
El acto creador no es más que un momento
incompleto y abstracto de la producción
de una obra; si el autor fuera el único hombre
existente, por mucho que escribiera, jamás su
obra vería la luz como objeto; no habría más
remedio que dejar la pluma o desesperarse. Pero
la operación de escribir supone la de leer
como su correlativo dialéctico y estos dos actos
conexos necesitan dos agentes distintos. Lo
que hará surgir ese objeto concreto e imaginario,
que es la obra del espíritu, será el esfuerzo
conjugado del autor y del lector. Solo hay arte
por y para los demás.
Jean Paul Sartre
sábado, 7 de abril de 2018
Delia Lerner
Delia Lerner es licenciada en Ciencias de la Educación y ha
realizado estudios de postgrado en Lingüística. Es investigadora en
Didáctica de la Lectura y la Escritura así como en Didáctica de la
Matemática y ha dirigido diversos estudios en ambas áreas, en
Argentina y en Venezuela. Es Profesora Titular de Didáctica del
Nivel Primario en el Departamento de Ciencias de la Educación de
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires
y dicta Seminarios de Postgrado en la Maestría en Didáctica de
esta Facultad, en la Maestría en Psicología Educacional de la
Facultad de Psicología de la misma Universidad y en la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO). Tiene, además, una vasta experiencia en formación
continua de docentes, ámbito en el cual ha dirigido diversos programas tanto en
Argentina como en Venezuela.
Ha publicado, entre otros, Comprensión lectora y expresión escrita. Experiencia
pedagógica, en colaboración con Magaly de Pimentel y Alicia de Pizani; La
Matemática en la escuela, aquí y ahora (1992); El aprendizaje de la lengua escrita en
la escuela (1992), en colaboración con Alicia de Pizani; "El sistema de numeración, un
problema didáctico" en Didáctica de Matemáticas (1994), en coautoría con Patricia
Sadovsky y con la colaboración de S. Wolman; "La enseñanza y el aprendizaje
escolar. Alegato contra una falsa oposición" en Castorina, Ferreiro, Kohl de Oliveira y
Lerner: Piaget-Vigotsky: contribuciones para replantear el debate (1996), Leer y
escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario” (2001). Todos estos trabajos
han sido traducidos al portugués.
Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario
Delia Lerner
Leer y escribir... Palabras familiares para todos los educadores, palabras que han
marcado y siguen marcando una función esencial -quizá la función esencial- de la
escolaridad obligatoria. Redefinir el sentido de esta función -y explicitar, por lo tanto, el
significado que puede atribuirse hoy a esos términos tan arraigados en la institución
escolar- es una tarea ineludible. Enseñar a leer y escribir es un desafío que trasciende
ampliamente la alfabetización en sentido estricto. El desafío que hoy enfrenta la
escuela es el de incorporar a todos los alumnos a la cultura de lo escrito, es el de
lograr que todos sus ex-alumnos lleguen a ser miembros plenos de la comunidad de
lectores y escritores. Participar en la cultura escrita supone apropiarse de una tradición
de lectura y escritura, supone asumir una herencia cultural que involucra el ejercicio de
diversas operaciones con los textos y la puesta en acción de conocimientos sobre las
relaciones entre los textos, entre ellos y sus autores, entre los autores mismos, entre
los autores, los textos y su contexto...
Ahora bien, para concretar el propósito de formar a todos los alumnos como
practicantes de la cultura escrita, es necesario reconceptualizar el objeto de
enseñanza, es necesario construirlo tomando como referencia fundamental las
prácticas sociales de lectura y escritura. Poner en escena una versión escolar de estas
prácticas que guarde cierta fidelidad a la versión social (no escolar) requiere que la
escuela funcione como una micro-comunidad de lectores y escritores. Lo necesario es
hacer de la escuela una comunidad de lectores que acuden a los textos buscando
respuesta para los problemas que necesitan resolver, tratando de encontrar
información para comprender mejor algún aspecto del mundo que es objeto de sus
preocupaciones, buscando argumentos para defender una posición con la que están
comprometidos o para rebatir otra que consideran peligrosa o injusta, deseando
conocer otros modos de vida, identificarse con otros autores y personajes o
diferenciarse de ellos, correr otras aventuras, enterarse de otra historias, descubrir
otras formas de utilizar el lenguaje para crear nuevos sentidos...
Lo necesario es hacer de la escuela una comunidad de escritores que producen sus
propios textos para dar a conocer sus ideas, para informar sobre hechos que los
destinatarios necesitan o deben conocer, para incitar a sus lectores a emprender
acciones que consideran valiosas, para convencerlos de la validez de los puntos de
vista o las propuestas que intentan promover, para protestar o reclamar, para
compartir con los demás una bella frase o un buen escrito, para intrigar o hacer reír...
Lo necesario es hacer de la escuela un ámbito donde lectura y escritura sean prácticas
vivas y vitales, donde leer y escribir sean instrumentos poderosos que permiten
repensar el mundo y reorganizar el propio pensamiento, donde interpretar y producir
textos sean derechos que es legítimo ejercer y responsabilidades que es necesario
asumir. Lo necesario es, en síntesis, preservar el sentido del objeto de enseñanza
para el sujeto del aprendizaje, lo necesario es preservar en la escuela el sentido que la
lectura y la escritura tienen como prácticas sociales para lograr que los alumnos se
apropien de ellas y puedan incorporarse a la comunidad de lectores y escritores, para
que lleguen a ser ciudadanos de la cultura escrita.
Lo real es que se trata de una tarea difícil para la institución escolar, y es difícil
esencialmente porque: la escolarización de las prácticas plantea arduos problemas,
los propósitos que se persiguen en la escuela al leer y escribir son diferentes de los
que orientan la lectura y la escritura fuera de ella, · la inevitable distribución de los
contenidos en el tiempo puede conducir a parcelar el objeto de enseñanza, · la
necesidad institucional de controlar el aprendizaje lleva a poner en primer plano sólo los aspectos más accesibles a la evaluación. · la manera en que se distribuyen los
roles entre el maestro y los alumnos determina cuáles son los conocimientos y
estrategias que los niños tienen o tienen oportunidad de ejercer y, por lo tanto, cuáles
podrán aprender.
Conocer las dificultades -y, en este caso, comprender en qué medida se derivan (o no)
de necesidades legítimas de la institución escolar, es el primer paso para construir
alternativas que permitan superarlas, Analicemos entonces cada una de las cuestiones
señaladas: -¿Cuáles son las dificultades involucradas en la escolarización de las
prácticas? Precisamente por ser prácticas, la lectura y la escritura presentan rasgos
que obstaculizan su escolarización: a diferencia de los saberes típicamente
escolarizables -que se caracterizan por ser explícitos, públicos y sencuenciables
(Verret, citado por Chevallard, 1991)- estas prácticas son totalidades indisociables,
que ofrecen resistencia tanto al análisis como a la programación secuencial, que
aparecen como quehaceres aprendidos por participación en las actividades de otros
lectores y escritores e implican conocimientos implícitos y privados. En consecuencia,
no resulta sencillo determinar exactamente qué, cómo y cuándo aprenden los sujetos.
Por otra parte, se trata de prácticas sociales que pueden considerarse como
"aristocráticas" en la medida en que son y tienden a seguir siendo patrimonio de
ciertos grupos sociales más que de otros. Desde el punto de vista, hacerlas ingresar
como tales a la escuela entraría en contradicción con esa función implícita de la
institución escolar que -como nos lo ha revelado la teoría crítica- contribuye a orientar
sus acciones hacia la conservación del orden social establecido.
-¿Qué diferencias existen entre los propósitos escolares y extraescolares de la lectura
y la escritura? Dado que la función (explícita) de la institución escolar es comunicar los
saberes y quehaceres culturales a las nuevas generaciones, la lectura y la escritura
existen en ella para ser enseñadas y aprendidas. En la escuela, no resultan
"naturales" los propósitos que perseguimos habitualmente fuera de ella lectores y
escritores: como están en primer plano los propósitos didácticos, vinculados a los
conocimientos que los alumnos necesitan aprender para utilizarlos en su vida futura,
los propósitos más inmediatos -como escribir para comunicarse con alguien distante o
leer para conocer otro mundo posible y pensar sobre el propio desde una nueva
perspectiva- suelen ser relegados o incluso excluidos de su ámbito. Esta divergencia
corre el riesgo de conducir a una situación paradójica: si la escuela enseña a leer y
escribir con el único propósito de que los alumnos aprendan a hacerlo, ellos
aprenderán a leer y escribir para cumplir otras finalidades (ésas que la lectura y la
escritura cumplen en la vida social); si la escuela abandona los propósitos didácticos y
asume los de la práctica social, estará abandonando al mismo tiempo su función
enseñante. Relación saber-duración versus preservación del sentido.
Distribuir los contenidos en el tiempo es una exigencia inherente a la enseñanza. La
opción tradicional -al menos desde el siglo XVII- ha consistido en distribuirlos
estableciendo una correspondencia término a término entre parcelas de saber y
parcelas de tiempo. En el caso de la lengua escrita, como es sabido, esta parcelación
ha sido flagrante: en el primer año de escolaridad, dominar el "código" y sólo en el
segundo "comprender y producir textos breves y sencillos"; proponer al principio
ciertas sílabas o palabras e introducir otras en las semanas o meses consecutivos,
graduando las dificultades; en el primer ciclo, presentar exclusivamente textos de
determinados géneros y reservar otros para el segundo... La enseñanza se estructura
así según un eje temporal único, según una progresión lineal, acumulativa e
irreversible.
Tal organización del tiempo de la enseñanza entra en contradicción no sólo con el
tiempo del aprendizaje, sino también -en nuestro caso- con la naturaleza de las
Tomado con fines instruccionales de: http://lectura.dgme.sep.gob.mx/leer/reflex/delia01.html
prácticas de lectura y escritura. Entra en contradicción con el tiempo del aprendizaje
porque éste -lejos de ser lineal, acumulativo e irreversible- supone aproximaciones
simultáneas al objeto de conocimiento desde diferentes perspectivas, supone
coordinaciones y reorganizaciones cognitivas que significan en forma retroactiva las
interpretaciones originalmente atribuidas a los contenidos aprendidos. Y entra en
contradicción también con las prácticas de lectura y escritura porque éstas son - como
ya henos visto. Totalidades indisociables que resisten al parcelamiento y las
secuenciación. La paradoja se plantea entonces así: si se intenta parcelar las
prácticas, resulta imposible preservar su naturaleza y su sentido para el aprendiz; si no
se las parcela, es difícil encontrar una distribución de los contenidos que permita
enseñarlas.
-Tensión entre dos necesidades institucionales: enseñar y controlar el aprendizaje: La
responsabilidad social asumida por la escuela genera una fuerte necesidad de control:
la institución necesita conocer los resultados de su accionar, necesita evaluar los
aprendizajes. Esta necesidad -indudablemente legítima- suele tener consecuencias
indeseadas: como se intenta ejercer un control exhaustivo sobre el aprendizaje de la
lectura, se lee sólo en el marco de situaciones que permitan al maestro evaluar la
comprensión o la fluidez de la lectura en voz alta; como lo más accesible a la
evaluación es aquello que puede calificarse como "correcto" o "incorrecto", la
ortografía de las palabras ocupa en la enseñanza un lugar más importante que otros
problemas más complejos involucrados en el proceso de escritura. Es así como la
enseñanza pone en primer plano ciertos aspectos en detrimento de otros que serían
prioritarios para formar a los alumnos como lectores y escritores, pero que son menos
controlables. Se plantea pues, inadvertidamente, un conflicto de intereses entre la
enseñanza y el control, si se pretende enseñar mucho, entonces resulta imposible
controlarlo todo; si se intenta controlarlo todo, entonces se opera una fuerte reducción
de los contenidos porque se renuncia a aquellos cuyo control resulta más complejo. Si
se triunfan los intereses del control, las prácticas de lectura y escritura se alejan de la
escuela y las posibilidades de los alumnos de apropiarse de esas prácticas se reducen
considerablemente.
-Finalmente, en cuanto a las dificultades derivadas de la distribución de roles entre el
maestro y los alumnos, señalemos una fundamental: dado que el derecho a evaluar es
en general privativo del docente, los alumnos tienen muy pocas oportunidades de auto
controlar lo que comprenden al leer y de auto corregir sus escritos. Aprender a hacerlo
y conquistar autonomía como lectores y escritores resulta entonces muy difícil.
Frente a este panorama, ¿qué hacer para preservar en la escuela el sentido de la
lectura y la escritura? Lo posible es hacer el esfuerzo de conciliar las necesidades
inherentes a la institución escolar con el propósito educativo de formar lectores y
escritores, lo posible es generar condiciones didácticas que permitan poner en escena
-a pesar de las dificultades y contando con ellas- una versión escolar de la lectura y la
escritura más próxima a la versión social (no escolar) de esas prácticas. En primer
lugar, para posibilitar la escolarización de las prácticas sociales de lectura y escritura,
para que todos los docentes puedan programar la enseñanza, un paso importante que
debe darse a nivel del diseño curricular es el de explicitar, entre los aspectos implícitos
en las practicas, aquellos que resultan hoy accesibles gracias a los estudios
sociolingüísticos, psicolingüísticos, antropológicos e históricos.
Es lo que hemos intentado hacer (Lerner, Lotito, Levy y otros, 1996 y 1997) al formular
como contenidos de la enseñanza no sólo los saberes lingüísticos sino también los
quehaceres del lector y del escritor: hacer anticipaciones sobre el sentido del texto que
se está leyendo e intentar verificarlas recurriendo a la información visual, discutir
diversas interpretaciones acerca de un mismo material, comentar lo que se ha leído y
compararlo con otras obras del mismo o de otros autores, recomendar libros,
Tomado con fines instruccionales de: http://lectura.dgme.sep.gob.mx/leer/reflex/delia01.html
contrastar información proveniente de diversas fuentes sobre un tema de interés,
seguir a un autor predilecto, compartir la lectura con otros, atreverse a leer textos
difíciles, tomar notas para registrar informaciones a las que más tarde recurrirá,
escribir para cumplir diversos propósitos (convencer, reclamar, dar a conocer...),
planificar lo que se va a escribir y modificar el plan mientras se está escribiendo, tomar
en cuenta los conocimientos del destinatario para decidir qué informaciones se
incluyen y cuáles pueden omitirse en el texto que se está produciendo, seleccionar un
registro lingüístico adecuado a la situación comunicativa, revisar lo que se está
escribiendo y hacer las modificaciones pertinentes...
Ahora bien, explicitar los quehaceres involucrados en las prácticas y considerarlas
como contenidos de enseñanza no significa de ningún modo que ellos deban ser
comunicados verbalmente a los niños. Preservar el sentido de las prácticas supone
propiciar que sean adquiridas por participación en las acciones que ellas involucran -y
evitando que esas acciones sean sustituidas por meras verbalizaciones-. Es esta
preocupación las que nos ha llevado a hacer una distinción (Lerner, Litito, Levy y otros,
op.cit.) entre "contenidos objeto de reflexión", entendiendo que un mismo contenido
puede estar en un momento determinado "en acción"- es decir, presente en la
situación didáctica en la medida en que el maestro o los alumnos lo ponen en juego al
leer o al escribir- y constituirse en otro momento en objeto de reflexión, en la medida
en que los problemas plateados por la escritura o por la lectura así lo requieran.
En segundo lugar, es posible articular los propósitos didácticos -cuyo cumplimiento es
necesariamente mediato- con otros propósitos que tengan un sentido "actual" para el
alumno y se corresponda con los que habitualmente orientan la lectura y la escritura
fuera de la escuela. Esta articulación, que permite resolver una de las paradojas antes
planteadas, puede concretarse a través de una modalidad organizativa bien conocida :
los proyectos de producción-interpretación. El trabajo por proyectos permite, en efecto,
que todos los integrantes de la clase -y no sólo el maestro- orienten sus acciones
hacia el cumplimiento de una finalidad compartida: grabar un casette de poemas para
enviar a otros niños o para hacer una emisión radial dota de sentido al
perfeccionamiento de la lectura en voz alta porque los reiterados ensayos que es
necesario hacer no constituyen un mero de la lectura o la escritura -escribir, rescribir,
releer, transcribir, resumir...-, a retrabajar un tema, un género o un autor.
Finalmente, es posible crear un nuevo equilibrio entre la enseñanza y el control,
intentando evitar que éste prevalezca sobre aquella, Cuando hay que elegir entre lo
que es necesario para que los niños aprendan lo que es necesario para controlar el
aprendizaje, parece imprescindible optar por el aprendizaje. Se trata de abrir espacios
para que los alumnos, además de leer profundamente ciertos textos, puedan leer otros
muchos -puedan llevar a cabo en la escuela esa práctica extensiva de la lectura que
caracteriza a nuestra época saturada de información; se trata de dar un lugar
importante a la lectura para sí mismo, aunque no sea posible para el maestro evaluar
la comprensión de todo lo que han leído; se trata también de compartir la función
evaluadora, brindando a los alumnos oportunidades de auto controlar lo que están
comprendiendo al leer y de generar estrategias para leer cada vez mejor, aunque esto
haga más difícil conocer los aciertos o errores producidos en su primera lectura; se
trata de delegar (provisoriamente) en los niños la responsabilidad de revisar sus
escritos, permitiendo así que se enfrenten con problemas de escritura que no podrían
descubrir si el rol de corrector fuera asumido siempre por el docente... Se generarán
así nuevos aprendizajes y aparecerán también nuevas posibilidades de evaluación.
Al disminuir la presión del control, se hace posible evaluar aprendizajes que antes no
tenían lugar: como el maestro no comunica de inmediato su opinión, los alumnos
expresan sus interpretaciones, las confrontan, buscan en el texto indicios para
Tomado con fines instruccionales de: http://lectura.dgme.sep.gob.mx/leer/reflex/delia01.html
verificarlas, detectan errores en sus producciones, buscan información para
corregirlos, ensayan diferentes soluciones... y todas estas acciones proveen nuevos
indicadores de los progresos que los niños están realizando como lectores y
escritores.
Es así como pueden resolverse las dificultades -y también las paradojas- antes
planteadas. Analizar lo real resulta duro, pero contribuye a delinear lo que es posible
hacer para alcanzar lo necesario: formar a todos los alumnos como practicantes de la
cultura escrita.
Referencias bibliográficas:
Chevallard, Yves: La transposición didáctica. Editorial Aique, Buenos Aires,
1991.
Lerner, D.; Lotito, L.; Levy, H. Y otros: Documentos No. 2 y No. 4 de
Actualización curricular en Lengua. Secretaría de Educación del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, 1996 y 1997.
Lerner, Delia., Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario, Texto
presentado y comentado en el Seminario: Práctica de la escritura y práctica de la
lectura. Análisis de proyectos y situaciones didácticas. Impartido por la autora en junio
de 1999 y organizado por la Red de Animación a la lectura del FCE.
Tomado con fines instruccionales de: http://lectura.dgme.sep.gob.mx/leer/reflex/delia01.html
¿problemas de lectura y escritura?
bienvenidos, en este pequeño blog podrás encontrar refuerzos y artículos basados en la escritura cotidiana, la escritura en la escuela y la escritura en la universidad, su desarrollo adecuado y su comprensión, conoceremos la problemática que atraviesa la escritura y su crisis frente a las nuevas tecnologías.
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Delia Lerner es licenciada en Ciencias de la Educación y ha realizado estudios de postgrado en Lingüística. Es investigadora en Didác...